Elecciones generales 2011 con sistema proporcional

El Congreso de los Di-puta-dos

Ya pasaron las elecciones generales de 2011, ese gran instrumento ¿publicitario? que nuestra zoociedad intenta cincelar en nuestras mentes como la única posibilidad participativa que deben tener los ciudadanos en nuestro sistema político.

En este artículo vamos a analizar los resultados electorales que se han producido en estas elecciones basándonos en cómo serían las cosas si se aplicase un sistema proporcional directo, en lugar de nuestro archi-desconocido y engañabobos sistema de múltiples circunscripciones y reparto D’Hondt.  Vamos allá.

En primer lugar, hay que aclarar que el total de votantes incluye los votos válidos + los votos nulos + votos en blanco, por lo que la cifra de 24.590.557 votos corresponde a esos tres conceptos. Por eso los porcentajes ofrecidos por el ministerio suman más del 100%

Siendo 34.301.332 votos (votos totales + abstenciones) y 350 escaños a repartir, deberían ser necesarios 98.003,8057 votos para obtener un escaño. Por tanto, podemos descartar todas las formaciones que no hayan obtenido ese número de votos.

Ya podemos hacer un reparto proporcional. La cosa es bien sencilla: sumando los votos totales obtenidos por todas las opciones posibles que hayan obtenido más de 98.003 votos resultan 24.072.892 votos (23.519.617 votos «normales» + 317.886 nulos + 333.095 blancos).  Dividiendo entre los 350 escaños a repartir, tocarían a 68.779,69 votos por escaño.  Entonces, la cosa quedaría así:

Comparativa del reparto de escaños (clic para ampliar)

¿Diferencias con el sistema actual? Pues varias y muy variadas.

1. No habría mayoría absoluta en el Congreso.  Los partidos se verían obligados a dialogar entre sí.  ¿No se supone que, precisamente, ése es su trabajo, dialogar?
2. Los dos grandes partidos perderían nada menos que 38 escaños.  Aquí está el auténtico motivo por el que no quieren modificar el sistema electoral.
3. IU-LV y UPyD duplicarían y triplicarían, sobradamente, su presencia en el Congreso.  Como se ve, los partidos nacionales no mayoritarios son los grandes perjudicados por el sistema actual.  Sin embargo, los partidos nacionalistas (CiU y PNV) apenas sufren cambios.  Moraleja: esos partidos no son los grandes beneficiados del sistema actual… aunque tampoco hacen nada por cambiarlo, ya que dicho sistema permite que tengan representación con muy pocos votos.
4. Consecuencia del punto anterior: GBAI sacó un diputado con poco más de 40.000 votos, mientras que EQUO, otro partido nacional no mayoritario, no tuvo ninguna representación pese a sus 215.776 votos.  Es un ejemplo muy claro de lo injusto que puede ser el sistema electoral actual.
5. Desaparecería una fuerza política: GBAI.
6. Aparecerían otras dos fuerzas políticas: EQUO y PACMA.
7. Los votos en blanco deberían reflejarse en el Congreso con su equivalente en escaños vacíos.  ¿Por qué negar esa posibilidad a la gente que no está de acuerdo con el programa de ningún partido?  Son 5 escaños en blanco, los correspondientes a unos nada despreciables 333.095 votos.
8. Los votos nulos deberían ser regulados de algún modo, quizá también dejándolos en blanco.  De nuevo, otros 5 escaños, más de 300.000 votos.

Pues eso es todo.  ¿Tienes algo que decir? Tu opinión nos importa, exprésala. 😀

(Foto del Congreso extraída de la Wikipedia.  Datos sobre los resultados electorales extraídos de la web del Ministerio del Interior, AQUÍ.  Datos intermedios usados para realizar los cálculos, disponibles AQUÍ)